viernes, 14 de octubre de 2011

Aguas Zarcas


La sencillez de mi caminar entre las veredas suaves de grama fina, caminos angostos que  conducían a afluentes de agua natural que bajaba de la montaña, pequeños oasis en las rocas que por naturales no se contaba una historia de ellos ni de sus hechuras mucho menos de como se habían hecho, talves una civilización antigua los había dejado como legado, situados en el corazón de copan abrazados por esa cultura maya antigua; siendo alimentados por la corriente que fluía de   la roca era tan fuerte su correr tomando la caída de la montaña que se convertía en agua de color blanco, agua que los moradores del hermoso pueblo llamaban ¨aguas zarcas¨ la cual daban al viajero la seguridad de poder tomar, más si venia de una fuente natural como lo eran esos enormes roblares de la montaña…

Envuelto en estos recuerdos del pasado pierdo la noción del tiempo el presente que me permite viajar a mi infancia
de forma sublime me retiene en una aventura imaginaria.

doy un vistazo a las estrellas que ya se han entregado a su esplendor con confianza y que no importa los enrámales su belleza se luce entre sus hojas, porque la vejez no existe para ellas. …seamos como las estrellas…

Para ver la salida del sol en un nuevo amanecer, es necesario abrir los ojos del alma, así dejaremos las tristezas y la fatiga del trabajo, no miraremos con ojos cansado y así sonreiremos. Siempre que caminemos con un objetivo trabajaremos y avanzaremos con ese objetivo en mente, todos luchamos por la felicidad y el sentido de supervivencia está en nuestro instinto, si descansamos en ese objetivo, el frio de la madrugada en nuestra caminata por este bosque abrumador no será suficiente para derribarnos y hacernos desistir hasta llegar al final.

Escuche a un sabio decir que la felicidad está dentro de nosotros, cada día trae consigo su afán y con el también viene una porción de paz, cada momento que vivimos tenemos la dicha de  poder alegrarnos; entre rostros cansados, mejillas gastadas de llorar, los entre cien y las desdichas de la vida que solo estancan la felicidad, sabemos que, al final de una tormenta siempre queda esa sensación e calma y un nuevo comienzo.

como dijo un pensador famoso
– prohibido es llorar
sin sacar provecho de tus lagrimas–

El sol nace cada día, cada año, cada siglo, cada milenio, las edades han pasado y nosotros también pasaremos, acaso no es hermoso un sol radiante en la mañana?

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