La sencillez de mi caminar entre las
veredas suaves de grama fina, caminos angostos que conducían a afluentes de agua natural que
bajaba de la montaña, pequeños oasis en las rocas que por naturales no se
contaba una historia de ellos ni de sus hechuras mucho menos de como se habían
hecho, talves una civilización antigua los había dejado como legado, situados
en el corazón de copan abrazados por esa cultura maya antigua; siendo
alimentados por la corriente que fluía de
la roca era tan fuerte su correr tomando la caída de la montaña que se
convertía en agua de color blanco, agua que los moradores del hermoso pueblo
llamaban ¨aguas zarcas¨ la cual daban al viajero la seguridad de poder tomar,
más si venia de una fuente natural como lo eran esos enormes roblares de la
montaña…
Envuelto en estos recuerdos del
pasado pierdo la noción del tiempo el presente que me permite viajar a mi
infancia
de forma sublime me retiene en una
aventura imaginaria.
doy un vistazo a las estrellas que
ya se han entregado a su esplendor con confianza y que no importa los enrámales
su belleza se luce entre sus hojas, porque la vejez no existe para ellas.
…seamos como las estrellas…
Para ver la salida del sol en un
nuevo amanecer, es necesario abrir los ojos del alma, así dejaremos las
tristezas y la fatiga del trabajo, no miraremos con ojos cansado y así
sonreiremos. Siempre que caminemos con un objetivo trabajaremos y avanzaremos
con ese objetivo en mente, todos luchamos por la felicidad y el sentido de
supervivencia está en nuestro instinto, si descansamos en ese objetivo, el frio
de la madrugada en nuestra caminata por este bosque abrumador no será
suficiente para derribarnos y hacernos desistir hasta llegar al final.
Escuche a un sabio decir que la
felicidad está dentro de nosotros, cada día trae consigo su afán y con el también
viene una porción de paz, cada momento que vivimos tenemos la dicha de poder alegrarnos; entre rostros cansados, mejillas
gastadas de llorar, los entre cien y las desdichas de la vida que solo estancan
la felicidad, sabemos que, al final de una tormenta siempre queda esa sensación
e calma y un nuevo comienzo.
como dijo un pensador famoso
– prohibido es llorar
sin sacar provecho de tus lagrimas–
El sol nace cada día, cada año, cada
siglo, cada milenio, las edades han pasado y nosotros también pasaremos, acaso
no es hermoso un sol radiante en la mañana?
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