lunes, 14 de noviembre de 2011

Una realidad llena de Bulgarías


Quiero llegar a ese hermoso lugar para sentarme junto a la hoguera
escuchar las historias de amor más famosas que haya existido, oír de boca de los ancianos contar de Romeo y Julieta, Cenicienta y titánic,  olvidar este presente abrumador que cobija mis alegrías con cantos de doncellas como en el mundo enigmático de Enya.
     
al salir de ese mundo fantástico he imaginario me choco con una realidad llena de Bulgarías, ráfagas de viento que derriban los cuentos reales
y estremecen mi sensible corazón, inundando de escombros mis entrañas
y sin una hoguera de mi lado.
 Somos el  significado  en el firmamento, el sol no es luz sin la que le provee nuestros ojos; somos el significado de la creación, nada existe sino existimos para verlo.
Somos una hoguera, pero no para alumbrar nuestra existencia y creer que solos podemos porque siempre necesitamos de un calor, de un elogio, de un significado de amistad y sociedad para subsistir unos por los otros.
no es la vida que nos da significado sino nosotros damos el significado a la vida.

En la ausencia de mil recuerdos, los días son buenos dejando de lado las noches frías y el vaivén de las nostalgias porque al abrir mis ojos aún está ahí un mundo real que necesita urgentemente ser gobernado por la luz.

Veo venir la silueta del sol en el infinito, después que la tierra dio la espalda al rededor del diamante y empieza un radiante ciclo.

Ya se ha establecido el sol en su carruaje para pasar su manto sobre la tierra, alcanzarme en mi travesía; como un oleaje del mar furioso;
como fiera salvaje.

Abrieron sus ojos las aves junto con el despertar del día. después de una noche fría, ¿Quién no desea ser acariciado por los primeros rayos de sol?
Mientras me cobijo en el manto que baña mi piel, escucho nuevamente el ruido extranjero, en un alma que lucha por acostumbrarse al silencio y aun el manto tibio del sol mima mis mejillas; ya la luz de su resplandor es muy fuerte, a través de las hojas sus rayos, imposible es dormir aún más con tanto ruido. la mañana se vistió de flores en el bello porvenir donde también se divisa el camino que se adentra cada vez más a un bosque de espeso plumaje que al caer la tarde al igual que el cansancio de mi cuerpo
cierra su fluir de fuerza también cierra sus ojos por no tener opción.

Después de levantar mis manos, estirar mis tendones estrujados después de una noche de difícil descanso esto era la complacencia del despertar.

Los robles están cubiertos de neblina que se esfuma ante la llegada del sol; ya es casi hora de preparar mi equipaje para seguir mi camino en este viaje
acompañado de las flores y su agradable aroma.
Las aves cantan con alegría, mi corazón arde como fuego naranja en mi interior; quisiese que el día nunca terminara, así poder llegar al final, para no tener más frio, hambre , soledad, también para dejar de ser rodeado por las fieras salvajes en la noche o esa sensación de que alguien vigila mis pasos.

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